¿Quién mejor que los oprimidos se encontrará mejor preparado para el significado terrible de una sociedad opresora? ¿Quién sentirá mejor que ellos los efectos de la opresión? ¿Quién más que ellos para ir comprendiendo la necesidad de la liberación? Liberación a la que no llegamos por casualidad, sino por la praxis de su búsqueda, por el conocimiento y el reconocimiento de la necesidad de luchar por ella. Lucha que, por la finalidad que le daremos los oprimidos, será un acto de amor, con el cual nos opondremos al desarmar contenido en la violencia de los opresores, incluso cuando es revista de la falsa generosidad.
jueves, 13 de marzo de 2008
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