Ayer, de golpe, los ojos de mi prima Susy se pusieron brillosos. Como dos bolitas o como dos caramelos . Como los ojos de las muñecas de mi hermana.
Ella y yo nos habíamos escondido debajo de la mesa del comedor. Detrás del mantel que llega hasta el suelo, ese que ponen en casa cuando vienen visitas. Escuchábamos las voces de mamá y de mi tía que charlaban entre ruidos de cucharitas y tazas de porcelana que chocaban contra los platos.
Mi prima es más grande que yo y a ella se le ocurren siempre primero los juegos.
Yo estaba tratando de empezar algún juego nuevo, cuando ella me miró con una sonrisa rara, se subió la pollera tableada hasta el cuello y me mostró el ombligo al mismo tiempo que me decía:
-Dale que me dolía la panza y que vos me curabas.
Susy me agarró una mano y la puso sobre su panza . La piel de ella era suave y me pareció que mi prima temblaba cuado yo la toqué. Como yo no sabía que hacer, me daba una cosa rara ese juego,ella me volvió a agarrar la mano y me hizo tocar el borde de su bombacha blanca que tenía el elástico flojo y yo entonces me animé y se la bajé más y más con esa mano, mientras con la otra le acariciaba la panza y la miraba a ella que se reía despacito. Yo tenía un poco de miedo, no sé porqué, y empezé a transpirar auque no hacía nada de calor. Mi mano siguió bajando sola, y fué ahí, cuando mi mano seguía hacía abajo, que entre las piernas de Susy encontré esa cosita blanda y pegajosa y me dieron ganas de seguir y de meter los dedos adentro del agujerito de Susy. Y justo en ese mismo momento, pasaron un montón de cosas al mismo tiempo: mi prima abrió la boca y comenzó a quejarse con un gritito que se parecía al maullido de mi gata cuando sale por los techos y yo traté de taparle la boca para que no nos descubrieran y entonces los ojos de Susy se pusieron brillosos mientras me decía: "Seguí, Carlitos, seguí" , y escuché la voz de mi tía que decía: "Chicos, vengan a tomar la leche".
Ella y yo nos habíamos escondido debajo de la mesa del comedor. Detrás del mantel que llega hasta el suelo, ese que ponen en casa cuando vienen visitas. Escuchábamos las voces de mamá y de mi tía que charlaban entre ruidos de cucharitas y tazas de porcelana que chocaban contra los platos.
Mi prima es más grande que yo y a ella se le ocurren siempre primero los juegos.
Yo estaba tratando de empezar algún juego nuevo, cuando ella me miró con una sonrisa rara, se subió la pollera tableada hasta el cuello y me mostró el ombligo al mismo tiempo que me decía:
-Dale que me dolía la panza y que vos me curabas.
Susy me agarró una mano y la puso sobre su panza . La piel de ella era suave y me pareció que mi prima temblaba cuado yo la toqué. Como yo no sabía que hacer, me daba una cosa rara ese juego,ella me volvió a agarrar la mano y me hizo tocar el borde de su bombacha blanca que tenía el elástico flojo y yo entonces me animé y se la bajé más y más con esa mano, mientras con la otra le acariciaba la panza y la miraba a ella que se reía despacito. Yo tenía un poco de miedo, no sé porqué, y empezé a transpirar auque no hacía nada de calor. Mi mano siguió bajando sola, y fué ahí, cuando mi mano seguía hacía abajo, que entre las piernas de Susy encontré esa cosita blanda y pegajosa y me dieron ganas de seguir y de meter los dedos adentro del agujerito de Susy. Y justo en ese mismo momento, pasaron un montón de cosas al mismo tiempo: mi prima abrió la boca y comenzó a quejarse con un gritito que se parecía al maullido de mi gata cuando sale por los techos y yo traté de taparle la boca para que no nos descubrieran y entonces los ojos de Susy se pusieron brillosos mientras me decía: "Seguí, Carlitos, seguí" , y escuché la voz de mi tía que decía: "Chicos, vengan a tomar la leche".
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